El 15 de agosto el pueblo de Sta. Catalina festeja a su Virgen de Canchillas.
Durante los días previos la comunidad prepara los homenajes y celebraciones.
La noche anterior, luego de la misa donde las familias ofrendan a la Virgen con distintas artesanías, se encienden luminarias con tola, la leña de la puna.
Diablos, diablitos y caballitos de fantasía en la cabeza de los niños corren a los adultos y juegan frente al fuego. Se sirve chicha y vino caliente con canela y miel.
Viejos, jóvenes y niños bailan juntos ritmos andinos alrededoor de las distintas bandas de sikuris.
Al día siguiente, después del acto en la plaza y la misa, comienza la procesión para llevar a las Vírgenes a la punta de los cerros cercanos.